El olivar fue plantado más o menos hace treinta años, y consecuentemente la colina llegó a ser digna de llamarse “un típico panorama toscano”.
Se trata de árboles que tienen una historia que contar, si se tiene la paciencia de escuchar, el cuidado para que crezcan y el aguante de esperar.
La viña ha sido plantada en el mismo periodo del olivar, y, después de años de sarmientos y podas, temporada tras temporada… se presentan unas plantas nudosas y torcidas, con extrañas y artísticas formas, de tal manera que solo la naturaleza hubiera podido inventarlas. Te harán sorprender.
Una vid de treinta años lleva desde su raíz, a través del tronco, hasta la punta, toda su vida, toda su historia y toda su tradición.
Questo è un altro aspetto rasserenante della natura: la sua immensa bellezza è lì per tutti. Nessuno può pensare di portarsi a casa un'alba o un tramonto.